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Cuando por fin llegas con tu bebito a casa no queremos salir hasta que se convierta en un niño y esté preparado para conocer el mundo. Por lo tanto, viajar con tu bebé puede ser algo que sale totalmente de los planes.

Pues te tenemos buenas noticias, a partir del tercer mes tu bebé ya está preparado físicamente para convertirse en turista y acompañarte en tu próxima aventura. Mientras no sea un trayecto muy largo y siempre y cuando tengas a la mano su comida y una manera de cambiarlo, puede escaparse contigo a donde quieras. Apóyate en tu pareja o en tus amigas para que te echen la mano.

Preparada para todo

Para no sufrir ningún contratiempo debes viajar equipadísima, no creas que va a ser un viaje con equipaje ligero. De entrada, considera llevar contigo un botiquín de primeros auxilios, sobre todo con las medicinas de venta con receta (antes también es importante checar con tu pediatra si tu bebé está en condiciones de conocer el destino). También debes empacar protectores solares, no importa que no haya sol y esté nublado, además de ropa ad hoc para la ciudad que va a visitar tu bebé. Evidentemente también debes cargar con una buena ración de leche fórmula o bien leche que te hayas extraído con un extractor, juguetes para que se entretenga en el camino, muchos pañales, un cambiador y hasta un corralito portátil para que tu bebito esté cómodo en cualquier hotel.

El trayecto

Lo preferible es viajar en auto para poder detenerte cuando así lo requieras. Sólo cerciórate de llevar su asiento especial y colocar a tu bebé viendo hacia atrás. Además es práctico porque puedes llevar todas tus maletas en la cajuela. De todas maneras viajar con un bebé en transporte colectivo también es posible y sus líneas son cada vez más sensibles a las necesidades de los peques a la hora de mejorar sus servicios. De ser posible cómprale su propio asiento para que los dos vayan cómodos y puedas llevarlo en su asiento para bebé, lo cual es lo más recomendable. Debes tener a la mano leche suficiente para el tiempo que dure el viaje y también algunos juguetes, los menos ruidosos posibles para no molestar a los demás viajeros.

Escribe una hoja de emergencias

No es nada para espantarse pero más vale estar preparadas para cualquier escenario inesperado. Así que escribe en una hoja todos los teléfonos de tus familiares cercanos con información sobre la salud de tu bebito y los medicamentos que esté tomando.

¡A disfrutar!

Recuerda siempre ponerle protector solar a tu bebé, no importa si no están en la playa, su piel es muy delicada. Lo ideal es llegar con una carreola portátil para que te acompañe en todos tus paseos y con una cuna portátil en caso de que el hotel que reservaste no cuente con una, para que tu bebé duerma con toda tranquilidad.

Listo, llévalo a conocer al mundo, después de todo tú eres su guía en esta vida. No se te olvide apapacharlo. Si quieres más tips, esta nota de The New York Times te puede servir.